Thomas Brinkmann, Gerente Nacional en FRISS para Grecia y Chipre, está especializado en la gestión de seguros de propiedad y accidentes. Brinkmann explica cómo la evaluación de riesgos puede mejorar los procesos de suscripción y fijación de precios para las compañías de seguros europeas. Tener una visión clara de los clientes potenciales ayuda a prevenir el fraude y minimizar el riesgo antes de que los clientes ingresen a una cartera de seguros.
Incorporadas a los sistemas internos de informática o documentadas en cualquier otro lugar en papel, todas las aseguradoras utilizan reglas y directrices para tomar decisiones, para decidir si un potencial asegurado es aceptado o rechazado. Esas directrices establecen la tolerancia al riesgo de la aseguradora y definen qué tipo de riesgo se acepta o rechaza, o se acepta en unas condiciones personalizadas. Las directrices son un medio importante para lograr la calidad deseada de la cartera. Las primas de seguros se calculan utilizando distintos parámetros de precios, basándose en el objeto asegurado, el plan de cobertura y el perfil de riesgo del cliente potencial. La mayor complicación del proceso de suscripción consiste en aumentar el control de la calidad de la cartera evitando un aumento de los riesgos y el fraude potencial. En mi opinión, para ello es vital una verificación exhaustiva de los datos.
Información esencial
Oigo a las aseguradoras por todas partes preguntar por qué es necesaria una evaluación de riesgos cuando sus directrices ya excluyen los riesgos graves y sus parámetros de precios tienen en cuenta perfiles de riesgo específicos. Según mi experiencia, las directrices de suscripción suelen ser unidimensionales y de alto nivel.
Por ejemplo, una aseguradora decide no ofrecer un seguro integral para vehículos con más de diez años. O la aseguradora decide no llevar a cabo una inspección de riesgos previa con los vehículos de un valor superior a € 30 000, para comprobar el estado del vehículo y calcular su valor comercial correcto. La mayor parte de las aplicaciones no se ven afectadas por estas comprobaciones y se pueden añadir a la cartera sin realizar ninguna otra evaluación. Pero, ¿qué ocurre si uno de esos vehículos fue declarado de pérdida total en un accidente anterior? ¿Y si, después de un accidente, se acordó una liquidación en efectivo (es decir, compensación sin reparar el vehículo)? Esta información tan importante debería tenerse en cuenta automáticamente en la evaluación de riesgos de las compañías de seguros y debería valorarse consecuentemente, influyendo así la prima.
Evaluación Automatizada de Riesgos
Es comprensible que las aseguradoras deseen simplificar el proceso de suscripción y generar la mínima cantidad de documentación posible para el agente y el cliente. Pero esto deja margen para manipular los datos con el fin de conseguir un precio mejor. Es bien sabido que muchos clientes mienten sobre su edad, kilometraje o dirección personal, o sus agentes les recomiendan que lo hagan. La evaluación automatizada de riesgos verifica los datos que los clientes o los agentes introducen mediante bases de datos externas e internas. Si se produce una anomalía, se señala inmediatamente.
Por ejemplo, en Grecia mucha gente tiene lo que se conoce como casa de vacaciones. No se trata de una vivienda lujosa que la mayoría de europeos occidentales imaginan cuando ven el término “casa de vacaciones”. Suele tratarse de la vivienda familiar en una de las islas o en los pueblos que la gente tuvo que dejar al mudarse a la capital para trabajar. La diferencia entre las primas de las zonas rurales y las de Atentas puede llegar a ser hasta del 40 %. Si alguien afirma vivir en una zona alejada, pero su vivienda principal se ha asegurado en Atenas, se trata de una anomalía que quedará señalada.
Voy a compartir otro ejemplo con respecto al kilometraje. Por lo general, el precio de compra de un vehículo de motor diésel es superior al de un vehículo de gasolina. Este precio superior se compensa con unos costos de combustible menores. Sin embargo, este planteamiento requiere un kilometraje anual de al menos 20,000 km. Por lo tanto, si alguien declara un kilometraje máximo de 10,000 km al año, pero conduce un diésel, esto debería señalarse.
Gravedad de los siniestros
Por lo general, las compañías de seguros solamente tienen en cuenta el número de siniestros al fijar el precio y no la gravedad de los mismos. Sin embargo, si alguien se ha visto implicado en dos siniestros con pequeños daños materiales, el asegurado debería contar con un perfil de riesgo distinto al de alguien que haya presentado dos siniestros con accidentes graves, en los que se hayan producido lesiones físicas.
La evaluación de riesgos también debería incluir las pólizas anteriores. En algunos países europeos, la gente no está tan bien asegurada como en otros. Se conocen casos de personas que aseguran sus vehículos contra robo después de que el vehículo fuera robado. Esas personas informan a la policía del robo de su vehículo después de obtener una póliza de seguro. En la actualidad, la cobertura por robo se suele valorar como un porcentaje del valor del vehículo y, en algunos países, está relacionado con regiones concretas. Pero, ¿qué pasaría si usted supiera que el cliente que quiere asegurar un vehículo antiguo contra robo nunca lo ha hecho antes?
Mejores decisiones
En general, creo que las aseguradoras pueden beneficiarse enormemente de contar con acceso a más datos. El uso de software capaz de analizar y comparar rápidamente esos datos les ayudará a tomar mejores decisiones sobre la suscripción y los precios. Además, un proceso de control automatizado facilita una evaluación de riesgos objetiva y uniforme. Esto dará como resultado carteras saludables y permitirá a las aseguradoras mantener unos precios competitivos sin perder margen de beneficios.