En el pasado reciente, las empresas proclamaban que el cliente era el “rey”, por ejemplo, porque se garantizaba una entrega rápida y un buen servicio, pero las especificaciones del producto eran determinadas por el proveedor. Como cliente, usted compra… o no compra. Esto está cambiando radicalmente. Un buen ejemplo es el seguro a la carta.
El cliente decide lo que quiere y cuándo lo quiere. Los proveedores facilitan la demanda en función de tecnología avanzada. Por ejemplo, los servicios de música: el usuario decide cuándo quiere escuchar música y crea sus propias colecciones. El proveedor ayuda al usuario haciendo sugerencias en función de selecciones anteriores. Este mismo principio es aplicable para las noticias: ¿quién sigue comprando el periódico por las mañanas? Ahora, las noticias se distribuyen noticias casi en tiempo real y están disponibles en el momento elegido por el lector. Esto es igual en el caso de las películas y series de Netflix, HBO y otros servicios. Los particulares y las empresas están cambiando masivamente al software como servicio. Ropa, electrónica, tiendas de comestibles: el rey decide cuándo quiere comprar, cuándo quiere recibir un pedido y tiene a su disposición una gran cantidad de opciones en línea. La tecnología hace que esto sea posible.
InsurTech
Con la tecnología como motor, la prestación de servicios en el sector de los seguros también avanza rápidamente. Esto se llama “Insurtech”. Con la llegada de los “seguros a la carta”, el cliente es realmente el rey.
Las aseguradoras, pero principalmente las nuevas empresas de tecnología, presentan iniciativas en este ámbito. Durante la feria DIA en Ámsterdam, que se celebró en mayo de 2017, en el evento dedicado a Insurtech y a la innovación, que duró dos días, cientos de empresas mostraron los desarrollos que ya están disponibles en el mercado. Es frecuente que se implique a las aseguradoras “establecidas” en la cobertura de estos seguros. Toda la parte administrativa es proporcionada por proveedores de tecnología como TROV, Insureapp o Metromile, que crecen rápidamente en cuanto a volumen y ámbito de aplicación.
Seguros a la carta
Estos y otros proveedores desarrollan la tecnología que permite la cobertura a la carta. Hasta el momento, principalmente para mercancías específicas que tradicionalmente se podrían asegurar en el seguro del hogar, el seguro de viaje o el seguro de coche. A través de una aplicación se ofrece el objeto a asegurar, por ejemplo, una cámara. En función de las bases de datos disponibles en la nube, el sistema determina el valor y el riesgo, y el propietario recibe una propuesta de alta calidad, después de lo cual simplemente “activa” el servicio.
¿Solo quiere asegurar una cámara durante un fin de semana en las Ardenas y, después del fin de semana, volverá a guardarla en el armario? Eso es posible, la prima y la cobertura se adaptan, y el seguro finaliza en el momento acordado. Las posibilidades son infinitas y el desarrollo todavía está en ciernes. El sistema, que está vinculado a un teléfono inteligente, puede reconocer el estilo de vida del propietario y, en base a ello, hacer una oferta y determinar el riesgo. En el aeropuerto de Schiphol (Ámsterdam), la aplicación puede recordar que la costosa cámara todavía no está asegurada, al subirse al coche puede recibir un mensaje que le recuerda activar la “cobertura por kilómetro” y quien se desplace por Roma con el metro, recibirá una advertencia de que se han detectado carteristas, mientras que al mismo tiempo se puede ajustar temporalmente la prima y la cobertura.
Lucha contra el fraude a los seguros
Entretanto, diferentes proveedores de Insurtech, están sacando productos de seguros, con su nombre, en colaboración con sus suscriptores. Por el contrario, las aseguradoras buscan la cooperación con estos proveedores para hacerse con un propio nombre en este segmento – el 80% consiste en los llamados “millennials”, los nacidos después de 1980.
Por lo tanto, se han producido muchos cambios. Lo que no cambia es el riesgo de abuso. La prevención y detección del fraude siguen siendo necesarias. También en este caso, la tecnología es central. ¿Cómo se determina, por ejemplo, si la cámara del ejemplo anterior, no desapareció la semana pasada?, ¿cómo se determina si el riesgo ofrecido es efectivamente una propiedad de la persona que utiliza la aplicación?, ¿se tiene suficiente información sobre esta persona como para determinar el riesgo y la prima?
Ya se han implementado un montón de medidas para proporcionar respuestas adecuadas a estas preguntas, pero los acontecimientos van más rápido que nunca. No solo en la tecnología en sí, sino también en la forma en la cual los consumidores interactúan con la técnica presentada y la forma en la que eligen los productos. El rey reclama su trono. Para dar forma y hacer que esta realidad sea rentable, las aseguradoras y los proveedores de tecnología necesitan pensar, desarrollar y comercializar conjuntamente.