El número de casos de fraude se ha duplicado. “Ahora vemos mejor quién comete fraude, cuándo comete fraude y con qué forma de seguro”
¿Son los jóvenes adultos de hoy más tramposos que sus padres? La Asociación de Compañías de Seguros informó el jueves de que “ha surgido una tendencia” en la cual “cada vez más jóvenes” intentan, a través de una reclamación, recuperar algunos de los costes de sus vacaciones de larga distancia. Durante la primera mitad del año, la asociación sectorial observó que el número de casos de fraude con seguros de viaje, en el grupo de edad de 25 a 35 años, se ha más que “duplicado” en comparación con hace dos años.
La consulta nos ha enseñado que, expresado en cifras absolutas, se trata de un aumento de menos de cien a aproximadamente doscientos casos de fraude. De hecho, se ha producido una duplicación, pero ¿deja al descubierto una tendencia social? ¿Denota la degradación de los valores entre los menores de 35 años? “Tuvimos en cuenta el mensaje,» confiesa el portavoz de la aseguradora ASR Verzekeringen, Daan Wentholt. “No observamos esa tendencia en nuestras cifras”.
El experto en fraude, Ber Onderwater, de la misma aseguradora, observa otra tendencia: las aseguradoras son cada vez más inteligentes en lo que respecta a la detección del fraude. En parte, esto tiene que ver con la experiencia. Las aseguradoras aprenden de cada incidente y, a través de un sistema de alerta nacional, intercambian información sobre clientes dudosos. La industria tiene una lista negra con los datos personales de las dieciséis mil personas que, de forma demostrable, han intentado defraudar a su compañía de seguros.
El año pasado, diez mil defraudadores de seguros fueron desenmascarados, un 20 por ciento más que en 2015. “Ahora vemos mejor quién comete fraude, cuándo comete fraude y con qué forma de seguro”, comenta Rudi Buis, de la Asociación de Compañías de Seguros. Hace dos años, las aseguradoras necesitaban cuatro estudios para obtener pruebas contundentes contra un estafador, mientras que el año pasado con tres estudios fue suficiente.
El año pasado, más de veintisiete mil investigaciones de incidentes proporcionaron un ahorro, traducido en ingresos, de 83 millones de euros. Es decir, 4 millones más que en 2015. Más de la mitad del fraude se produce en la solicitud de un seguro: 5.600 casos. Los solicitantes, por ejemplo, no dicen que han presentado reclamaciones significativas a otras compañías de seguros. O, en otros casos, ocultan antecedentes penales. Esto siempre acaba saliendo a la luz, asegura Onderwater. “Nos encontramos una gran cantidad de información falsa en las solicitudes”.
Digitalización
La digitalización de la sociedad ayuda a las aseguradoras a detectar estos casos, pero también dificulta el trabajo de los expertos en fraude. Esto se debe a que los estafadores también cuentan con tecnologías modernas. Onderwater nos cuenta una reclamación de daños después de un robo ficticio. “El cliente nos presentó un extracto bancario casi ilegible del banco ABN Amro y una factura digital falsa de la empresa Wehkamp. Fue increíble ver cómo estaban hechas. La mujer reclamaba una indemnización por un televisor robado con un valor de 7.000 euros y por un iMac de 3.000 euros. Eran los artículos más caros del catálogo y eso nos hizo sospechar”.
Después de que la compañía de seguros informase a la mujer sobre la sospecha de fraude al seguro, esta amenazó con dirigirse al programa de consumidores Radar, para denunciar a ASR. Onderwater: “Cuando presentamos a esta mujer evidencias sólidas, a saber, que ni Wehkamp ni ABN Amro la reconocían como cliente, cambió radicalmente el tono y envió una carta de disculpa. En esta carta nos solicitaba que no registrásemos sus datos personales en el sistema de alerta nacional. Pero lo hicimos. Si tenemos pruebas contundentes de que un cliente ha cometido fraude, imponemos duras sanciones”.
Estafadores atrapados
Cualquiera que es sorprendido cometiendo un fraude a un seguro, es expulsado directamente de su seguro actual. La policía y la justicia rara vez actúan (en menos del uno por ciento de los casos). Se reclaman inmediatamente 532 euros por los costes de investigación en los que se ha incurrido. Todos los demás costes corren por cuenta de la aseguradora y, en su caso, el dinero pagado indebidamente se reclama al defraudador.
Además, si el caso es lo suficientemente grave, el defraudador puede estar registrado hasta ocho años en la base de datos nacional de las aseguradoras. Las personas incluidas en la lista negra, difícilmente podrán contratar un seguro. El número de opciones es mínimo y las primas son extremadamente altas.
Ejemplos
Reclamación dudosa número 1: Un cliente notifica el robo de su barco. Las medidas indicadas por el cliente crearon un problema acuciante: su cobertizo para barcos es demasiado pequeño para un barco de este tipo. Reclamación rechazada.
Reclamación dudosa número 2: Después de regresar de vacaciones, un cliente informa de que le robaron su abrigo en Sudáfrica, pero ¿no estuvo de vacaciones en Sudáfrica en pleno verano? La investigación demostró que el turista ya había reclamado daños por robo muchas veces, hasta un total de 7.750 euros. Reclamación rechazada
Reclamación dudosa número 3: Un cliente reclama daños por lesiones graves después de una colisión. Semanas más tarde, la aseguradora descubre que el hombre practica kickboxing y que vuelve a estar activo en el ring. Reclamación rechazada.
Reclamación dudosa número 4: Muchos daños en los Países Bajos después de una fuerte tormenta en el verano de 2016. Un cliente informó de daños por tormentas y envió una foto con una valla en ruinas. La foto parece sacada de Internet. La fecha de la foto es de 2015. Reclamación rechazada.
Fuente: Volkskrant